viernes, 8 de noviembre de 2013

Una chica muy especial II

En primer lugar me gustaría disculparme con vosotros por haber tenido esto un poquillo abandonado estos días, pero entre la escuela de idiomas, los entrenamientos y la familia me ha sido imposible conectarme aunque ya me he puesto las pilas con vuestros blog y ya estoy al día. Ahora sí, lo prometido es deuda. 
En mi última entrada os presenté, como bien decía su título, a una chica muy especial que no era otra que Pocahontas. También os hablé algo de su marido que no es John Smith como nos han hecho creer. Y os preguntaréis ¿y entonces? Yo os contaré la verdad. El malvado (porque otra calificación no puede tener) John Smith aprovechó la bondad e inocencia de Pocahontas y de su tribu para arrebatarles sus tierras y sus posesiones más preciadas convirtiendo a sus mujeres en esclavas y a sus niños en mano de obra barata. ¿Cómo fue posible esta atrocidad? Muy fácil, el amor tuvo la culpa; sí, el amor que el señor Smith fingió sentir por Pocahontas:


Cuando la chica quiso darse cuenta había condenado a toda su tribu a la más absoluta miseria por culpa del hombre al que amaba pero por qué. Cuando Pocahontas pronunció de sus labios esta pregunta el inglés sonrió irónicamente respondiendo business darling, business. El corazón de Poacahontas se rompió en mil pedazos, nunca podría haber imaginado un final tan triste para ella y los suyos. 
Por suerte para todos, esta historia tuvo un final feliz, pues otro hombre de piel blanca, esta vez de buen corazón, fue el que llevó a cabo su rescate. Él no es otro que el vaquero Travis Strauss:


Travis hacía mucho tiempo que realizaba intercambios de ganado con la tribu de Pocahontas habiéndose convertido en el único hombre blanco de confianza de su padre (jefe de la tribu), privilegio que se ganó por la honestidad en sus acuerdos. Desde el primer momento que conoció a la joven Pocahontas quedó impresionado por su hermosura aunque él, siempre prudente y respetuoso hacia su pueblo, nunca se pronunció al respecto ni mostró un ápice de sus sentimientos.
Y así fue como un día cualquiera Travis llegó puntual a su cita de intercambio de ganado cuando a lo lejos pudo divisar que algo extraño estaba sucediendo. Sin pensarlo dos veces, dio media vuelta en busca de ayuda, pues se veía en la obligación de ayudar al pueblo que tan fiel se había mostrado siempre con él y con la obligación de liberar a la mujer a la que amaba. Travis tramó un buen plan de rescate con la ayuda de todos los vaqueros de la zona en el que el factor sorpresa sería determinante para salir airosos. Una vez bien tramado su plan de rescate, Travis y sus hombres lo llevaron a cabo reduciendo al malvado John Smith y a su séquito que entregaron a las autoridades y liberando al pueblo de Pocahontas. Ellos en agradecimiento con el vaquero le nombraron habitante de honor de la tribu invitándole a formar parte de ellos. Travis no lo pensó dos veces y aceptó tal galardón, pues en esto veía una manera de llegar al corazón de la hermosa Pocahontas. Y así fue como Travis esperó pacientemente a que cicatrizaran las heridas de su corazón para poder conquistarlo poco a poco. 
Y, transcurrido un tiempo, Pocahontas sintió la chispa del amor dando el sí quiero ante su pueblo, viviendo desde entonces una felicidad hasta ahora desconocida por la joven en los brazos de su amado vaquero: 






Y como no podía ser de otra manera, decidí que esta bonita pareja fueran los encargados de cuidar a las nuevas mascotas:









¡¡¡¡Feliz fin de semana a tod@s!!!!